domingo, 3 de noviembre de 2019

Kimetsu no Yaiba: un nuevo mundo

Haruo Sotozaki nos presenta a Tanjiro, un chico que vive con su familia y que se gana la vida vendiendo carbón. Todo cambia cuando al volver de la ciudad de vender carbón, su familia ha sido atacada por demonio. Tanjiro y la única superviviente de la catástrofe, su hermana Nezuko, van en busca de aventuras para convertir a su hermana de nuevo en humana y vengar a su familia.

La sencillez de la trama y la duración de los episodios (puntualizo esto debido a que es mi primer anime), harán que te atrape por completo. El carisma de Tanjiro y la sed de venganza se hace de notar desde el primer momento.

Los enemigos, los demonios, son humanos transformados con sed de sangre, que a medida que conviertan a más personas, más poder obtienen.

Los personajes son carismáticos en su totalidad, desde Nezuko hasta Inosuke. En todo momento está ese punto gracioso, sin llegar a ser pesados. 

El trabajo de Sotozaki es bueno, así como la creación de ese circulo de amigos y esos antagonistas, sin pasar por alto la gran ambientación de Japón, sus pueblos y sus costumbres. A pesar de no ser un gran fanático de la cultura japonesa, y por ende del anime, pienso que en este género se encuentra el futuro. Puede que se haya repetido muchas veces el mismo guión: un chico majo, junto a unos amigos, cuyo fin es vengarse de algo; pero lo que diferencia de las demás es esa animación.

Actualmente, la serie cuenta con 26 episodios. Esperando con ansias la película anunciada para 2020, por lo que tendremos más aventuras de nuestro Tanjiro y sus amigos, al menos, un año más.



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